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CAPITULO VIII - La Fe Sin Obras

Santiago 2:14-24 es un pasaje que frecuentemente es puesto en duda por los perdidos después que oyen el evangelio de la salvación por gracia, sin obras.

En realidad, no es difícil lograr un entendimiento apropiado de este pasaje si se tienen en cuenta ciertos principios básicos que son muy útiles para discernir cualquier Escritura, tales como:

1. ¿A quién está escribiendo el autor... a incrédulos o creyentes?

2. ¿Que situación originó la escritura de este pasaje?

3. El cuidadoso estudio de este pasaje, verso por verso, sin agregar ni quitar nada de la Palabra de Dios.

4. La comparación de este pasaje con otros pasajes bíblicos sobre el mismo tema.

Si analizamos el pasaje de Santiago 2:14-24 teniendo en cuenta los puntos de vista arriba mencionados, tendremos lo siguiente:

1. El pasaje está dirigido a los salvados, a creyentes. En Santiago 2:14 el autor dice, “Hermanos míos.”

2. Toda la epístola fue dirigida a Cristianos para instruirlos en cuanto a la conducta y el servicio que corresponden a creyentes.

3. A continuación se presenta una consideración del pasaje, verso por verso. Santiago 2:14, “Hermanos míos, ¿de qué aprovecha si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe sal­varle?” Santiago pregunta si hay algún beneficio, algún valor, algún fruto, si un hombre asevera tener fe en Cristo, a pesar de que no vive, ni rinde culto a Dios como debiera hacerlo un Cris­tiano.

En Efesios 2:10 se les dice a los Cristianos, “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús PARA buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que ANDUVIESEMOS en ellas.” Es cierto que los que son salvos son salvos por la fe y no por lo que ellos hagan. Pero DESPUES que son salvos, Dios quiere que ellos realicen buenas obras.

Tito 3:8 destaca esto claramente diciendo, “Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren OCUPARSE EN BUENAS OBRAS. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.”

A fin de poder ayudar a las personas y de tener un buen ministerio con ellas, el Cristiano debe cuidarse de vivir un buen testimonio. Tito 3:14 nos dice, “Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean SIN FRUTO.” Si Ud. quiere llevar frutos para el Señor, Ud. debe ejercitarse en hacer buenas obras... no para ser salvo, sino para ser fructífero.

Por lo tanto, para contestar la primera pregunta de Santiago—no hay ganancia, ni hay fruto, si una persona dice tener fe, pero no produce obras de ninguna clase. Dicha persona es salva, pero es un Cristiano infructuoso. Juan 15:2 advierte a los que son salvos—en Cristo—pero que no llevan fruto, “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará...” Dios saca al Cristiano que es piedra de tropiezo para los demás.

La pregunta siguiente de Santiago 2:14 es: “¿Podrá la fe salvarle?” Romanos 4:5 la contesta con claridad, diciendo: “Mas al que NO obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe LE ES CONTADA POR JUSTICIA.” Sí, la fe puede salvarle. Y de hecho, ninguna otra cosa podría hacerlo. Pero sí alguien trata de salvarse por fe y obras, dicha per­sona no logra salvarse (Romanos 11:6; Gálatas 5:2; 5:4).

Santiago 2:15, 16 nos dice, “Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?” La respuesta es que esa actitud no es de provecho de ninguna clase para la persona necesitada. Ud. no ha ayudado a las necesidades materiales de una persona—Ud. no le ha provisto de alimento o vestido—sólo con decirle que se vaya en paz.

Santiago 2:17, “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.” Sí, es verdad, que si Ud. tiene fe en Cristo, pero no trabaja ni sirve al Señor, su fe no llevará FRUTO. La palabra “muerta” en este verso, es la palabra griega nekros, y significa “inútil.” (ver Léxico Griego-Inglés, por Arndt y Gingrich, University of Chicago Press, pág. 536.)

Si Ud. tiene fe en el Señor, pero no hace nada para los demás, su fe no será de ningún valor para con ellos. Será inútil para sus semejantes. Ud. no estará demostrando a los demás su fe en Cristo con sólo decirles, “Id en paz, calentaos y saciaos,” si no está dispuesto a hacer algo para ayudarlos. El hecho es que Ud. será un desprestigio para el Cristianismo y de mucho daño para el evangelio.

Santiago 2:18, “Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por obras.” Un Cristiano podría decir, “Ud. tiene fe y yo tengo obras. Ud. me dice que tiene tanta fe sin mostrarme ninguna clase de obras; pero yo le digo que Yo tengo fe y Ud. puede VER que yo tengo fe, porque mis obras DEMUESTRAN que yo creo.”

Santiago 2:19, “Tu crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.” Atin los demonios no pueden negar que Dios existe. Pero creer en Dios no es suficiente para salvarse. Ud. debe creer lo que Dios, el Señor Jesucristo, ha hecho por Ud., y aceptar el pago que EL ha efectuado por sus pecados, para poder ser salvo.

Santiago 2:20, “Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” Al igual que en el verso 17, la fe sin obras no es de utilidad a otras personas. Una persona salva que no sirve al Señor vive una vida Cristiana inútil e insustancial. Este tipo de persona será disciplinado en esta vida y no tendrá recompensa en el reino milenial de Cristo (Hebreos 12:6; I Corintios 3:15). Ni tendrá gozo, ni paz, ni amor en su vida, puesto que estas cosas no son el resultado de vivir para sí mismo, sino el resultado de vivir para el Señor, disciplinando su vida bajo la dirección del Espíritu Santo y por medio de SU poder (Gálatas 5:22). Santiago 2:21 dice: “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?” La respuesta a la pregunta de Santiago es, “¡Sí!” Así es, Abraham fue justificado por las obras CUANDO él ofreció a Isaac. Pero la pregunta es, ¿justificado ANTE QUIEN? ¿Ante los hombres... o ante Dios? EN ESOS DIAS, cuando los hombres vieron la gran fe que Abraham tenía, que hasta había ofrecido a su hijo a Dios a pedido del Señor, Abraham fue justificado ante los HOMBRES. Ellos conocieron, por las obras, que aquí había un hombre que verdaderamente tenía una gran fe en Dios. La fe de Abraham fue DEMOSTRADA ante los hombres me­diante las obras.

Pero, ¿cuándo fue Abraham justificado ante DIOS? El Señor justi­ficó a Abraham por su fe MUCHOS AÑOS ANTES que él ofreciera a Isaac. El hecho es que Abraham fue justificado aun antes que Isaac naciera. “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15:6).

Gálatas 3:6-11 es muy claro en este punto: “Así Abraham CREYO a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de FE, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la FE a los gentiles, dio de antemano la BUENA NUEVA a Abraham, diciendo:

“En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley NINGUNO se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la FE vivirá.”

Santiago 2:22, “¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?” Cuán explícito y verdadero es este verso. La GENTE ve. Y Ud. ve, que Abraham—mediante la fe—por medio de una confianza y seguridad absolutas en Dios—ofreció a su hijo... y este acto (obra) demostró a la gente que él ciertamente tenía GRAN FE.

Santiago 2:23, “Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.” La Escritura que se cumplió es Génesis 15:6, “Y (Abraham) creyó a Jehová, y le fue contado (ante Dios) por justicia.” Sí, la CREENCIA de Abraham le fue atribuida para justicia. Dios pone SU justicia a cuenta del creyente, porque EL ya ha pagado la penalidad de los pecados del creyente.

Santiago 2:24, “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.” La GENTE, entonces, ve por las obras de una persona que ésta tiene fe. La GENTE no tiene la capaci­dad que tiene Dios, de ver la fe de una persona—de conocer los pensa­mientos de una persona.

I Samuel 16:7 explica esto con claridad: “Y Jehová respondió a Sam­uel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque JEHOVA no mira lo que mira el HOMBRE; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el cora­zón.”

Para resumir brevemente este pasaje de Santiago 2:14-24, diremos lo siguiente: Este pasaje nos enseña, que si la gente HA DE NOTAR que una persona tiene fe en el Señor Jesucristo, las buenas obras de dicha persona deben ser evidentes. El hombre observa nuestra VIDA y juzga (ya sea bien o mal), si es que tenemos o no tenemos fe. Por tanto, los creyentes deberían tener muchísimo cuidado—como lo indica Tito 3:8—de mantener un buen testimonio. Esto no tiene nada que ver con la salvación del creyente, pero tiene mucho que ver con las demás personas en lo que respecta al Señor Jesucristo.

4. Comparación de Santiago 2:14-24 con versos del capítulo 4 de Romanos. Este capítulo está hablando de la MISMA persona: Abra­ham; y del MISMO asunto: su justificación. ¿Fue Abraham justificado por su feo por sus obras?

Romanos 4:1, 2: “¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios.”

¡Acabamos de leer, en Santiago 2:21, que Abraham FUE justificado por sus obras! Ciertamente que sí... CUANDO él ofreció a Isaac, su hijo, sobre el altar, la GENTE se dio cuenta que él tenía fe, y ante las demás personas fue tenido en cuenta como un gran hombre. Sus obras lo justificaron a la vista de los demás de su época. El podía “gloriarse” en el reconocimiento público de su gran fe. ¡Pero A LA VISTA DE DIOS, el recibió justificación muchos años atrás... como se indicó anteriormente... aun antes del nacimiento de Isaac!

A pesar de que Dios quiere que nosotros vivamos una vida correcta, haciendo buenas obras, sirviéndole a EL, Dios no necesita de nuestras buenas obras para que DEMOSTREMOS que tenemos fe. Dios puede “leer” nuestros pensamientos. Los hombres no poseen esta facultad Divina de poder conocer perfectamente los pensamientos de las demás personas.

En Ezequiel 11:5. Dios dice: “... y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido.” Yen 1 Samuel 16:7, “...porque Jehová NO MIRA LO QUE MIRA EL HOMBRE; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

La pregunta que se formula en Romanos 4:3 es, “¿Qué dice la Biblia acerca de la justificación de Abraham?—”Porque ¿qué dice la Es­critura? CREYO Abraham a Dios, y (su creencia) le fue contado por justicia.”—Y esto se refiere nuevamente a Génesis 15:6, como citáramos anteriormente.

Romanos 4:4, “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda.” La salvación es por la gracia. Si Ud. trabaja por algo, su salario no le es pagado por gracia, sino porque se le adeuda. Al fin de cada semana, el obrero recibe su salario porque lo ha GANADO con su trabajo, y no porque el patrón se lo da de GRACIA.

Mas nuestra salvación es por la GRACIA de nuestro Señor Jesu­cristo, y no como resultado de nuestras obras. Y es una gran cosa que la salvación es por gracia, y no por obras, porque nadie podría ser suficientemente perfecto para alcanzar el cielo mediante sus obras buenas de ninguna manera. Si una persona piensa que podría llegar al cielo haciendo buenas obras, una buena pregunta sería, “¿Cuántas buenas obras piensa que deberá realizar para alcanzar el cielo?” o más bien, “¿Cuán bueno piensa que debería ser para merecer el cielo?” Dios nos dice que si pecáramos una sola vez (Santiago 2:10), continuaríamos siendo tan imperfectos como si hubiésemos pecado muchas veces.

Dios NO salva a nadie que confíe en Cristo y que TAMBIEN ESTE CONFIANDO en sus BUENAS OBRAS para salvarse. Debido a que la salvación es por gracia, de hecho no puede ser por obras de ninguna clase.

Romanos 11:6, “Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.” Esto es como decir, “Si Ud. tiene hielo, entonces no tiene vapor; porque si Ud. tuviera vapor, ya no tendría hielo. Pero si Ud. tiene vapor, entonces no tiene hielo, de otra manera el vapor ya no es vapor.”

En la salvación, la gracia y las obras son “mutuamente exclusivas.” Satanás siempre está tratando de invertir las cosas en las mentes de los hombres. Satanás trata de hacerles pensar que tienen que trabajar para ser salvos, y después que son salvos, él trata de que los creyentes no trabajen: YO RUEGO AL SEÑOR EN ORACION para que Ud. jamás permita que Satanás confunda su mensaje de la salvación mediante la gracia salvadora de Dios.

Romanos 4:5 es uno de los versos más claros que demuestra que la salvación es por la fe, sin las obras. Examinemos este verso parte por parte:

Mas al que no obra...” Al que no hace NINGUNA clase de obra; “sino cree en aquel que justifica al impío...” Pero cree en Jesucristo que da SU justicia a los pecadores; “su fe le es contada por justicia.” Dios ve su fe y, debido a ésta, le otorga justificación.

Romanos 3:28, con enfática finalidad, nos da el juicio y la sabiduría de Dios sobre el asunto: “CONCLUIMOS, pues, que el hombre es justificado por fe SIN las obras de la ley.”

Luego, refiriéndose otra vez al Salmo 32, Romanos 4:6-8 nos dice, “Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye JUSTICIA SIN OBRAS, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. “Y nosotros podríamos agregar, “Bienaventurado el hombre de quien Dios diga: No inculparé a él sus pecados; ya han sido pagados por MI.” No obstante, Dios sólo puede decir esto a la persona que confía únicamente en Cristo para su salvación. Dios nunca dice esto a las per­sonas que tratan de alcanzar el cielo por sus propias buenas obras, ya sea parcial o totalmente agregadas a la fe en Cristo.

Al tratar de guiar una persona al Señor, conteste en forma breve y simple las preguntas que el oyente le formule. Esté de acuerdo con dicha persona en que Abraham FUE justificado por sus obras—pero NO PARA CON DIOS. Explique en detalle sólo lo que sea necesario.

Si por alguna razón esa persona demuestra no entender el verdadero significado de Santiago 2—aun después que Ud. lo haya explicado usando Romanos 4—le recomendamos que nuevamente le haga leer Efesios 2:8, 9 y que se detenga en este pasaje por un momento. Si para entonces el oyente no ve la luz, quizás su problema no venga de un pasaje en particular, como el mencionado, sino más bien de la falta com­pleta de comprensión en cuanto al plan de la salvación en sí. Entonces repase el plan de la salvación junto con él. Haga énfasis únicamente sobre los versos bíblicos que destacan con positiva claridad el plan de la salvación, porque es el EVANGELIO lo que continuará siendo el poder que Dios use en traer a la persona a Cristo para la salvación.

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