CAPITULO XVIII -
HISTORIA DEL MORMONISMO
El Mormonismo—conocido también como La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días—fue organizada en 1830, en Fayette, estado de Nueva York. Se dice que un ángel llamado Moroni le apareció a Joseph Smith, (hijo), y le reveló el lugar donde se hallaban enterradas unas planchas de oro que contenían la historia de América en la antigüedad.
Asimismo, de acuerdo a la creencia de los Mormones, Smith recibió un par de anteojos especiales (llamados "Urim y Thummim"), que convirtieron al idioma inglés los "caracteres egipcios—reformados" escritos sobre dichas planchas.
Smith hizo que un amigo suyo copiara los escritos de las planchas mientras él (Smith) le dictaba la traducción. Estos escritos más tarde se convirtieron en el Libro de Mormón, y los Mormones afirman que es una "revelación" adicional para estos últimos días. Ellos dicen que es tan auténtico e inspirado como la Biblia.
En el comienzo de su historia, los miembros del grupo se vieron forzados a emigrar de una parte del país a otra. Con sus enseñanzas paganas de poligamia y frecuentes acusaciones de naturaleza criminal en contra de sus líderes, los adherentes a este grupo se vieron llevados de un lado a otro. Joseph Smith y su hermano, Hyrum Smith, fueron finalmente asesinados por una turba encolerizada mientras estaban en la cárcel esperando que los juzgaran.
En el actualidad los Mormones están divididos en dos grupos: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, los que siguieron a Brigham Young, quien sucedió a Joseph Smith; y la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, compuesta por los que dieron su apoyo al hijo de Joseph Smith, en vez de a Brigham Young. El grupo que siguió a Brigham Young es el más numeroso de los dos.
LA DOCTRINA DE LOS MORMONES versus LA BIBLIA
(1) Ellos han añadido a la Palabra de Dios. Afirman que otros libros igualmente inspirados son El Libro de Mormón, La Doctrina y los Pactos, y La Perla de Gran Precio.
Las Escrituras advierten en contra de añadir a lo que Dios ha dicho,
"No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso" (Proverbios 30:6). "Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno (incluso Joseph Smith) añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro" (Apocalipsis 22:18).
(2) Enseñan la salvación por obras. En los Artículos de Fe de la Iglesia Mormona, ellos declaran, "El dogma sectario de la justificación por la fe solamente, ha ejercido una influencia para el mal desde los primeros días del Cristianismo" (Ed. 1925, p. 479).
Para los Mormones, la "salvación" se recibe mediante el cumplimiento de un sistema de reglas. De acuerdo a dicho sistema, los requisitos para alcanzar la salvación son los siguientes:
La Creencia en Cristo
La Confesión Pública
El Bautismo por Agua
La Imposición de las Manos
La Obediencia a las Ordenanzas de la Iglesia
¡Cuán diferente es este sistema humano de la manera en que Dios salva al hombre por medio del Señor Jesucristo! Juan 1:12 dice, "Mas a todos los que le recibieron, a LOS QUE CREEN EN SU NOMBRE, les dio potestad (el derecho) de ser hechos hijos de Dios."
Ellos creen que Cristo fue creado . . . de la misma manera que nosotros fuimos creados. Enseñan que los hombres existieron en la eternidad pasada, en forma de seres espirituales. Que más tarde se les dio cuerpos físicos. Cristo era simplemente otro ser espiritual antes de venir EL a la tierra.
Si Cristo Jesús es solamente uno de nosotros, ¿qué somos nosotros entonces? El libro de los Mormones, Un Compendio de las Doctrinas del Evangelio, nos da la respuesta. "Dios Mismo era una vez como nosotros somos ahora, y es un Hombre exaltado, y se sienta entronizado en los cielos del más allá" (p. 190). Esta enseñanza es una blasfemia total en contra de la clara enseñanza de la Palabra de Dios. ¡Una religión como ésta jamás podría ser considerada "Cristiana" por el Señor Jesucristo!
SUGERENCIAS PARA TESTIFICARLES A LOS MORMONES
(1) Cuando Ud. esté hablando con ellos, siempre haga que consientan en usar solamente
la Biblia en la conversación. Ud. podría hacer esto usando una declaración como,
"Puesto que Ud. cree que la Biblia es la Palabra de Dios, y yo también; y puesto
que yo no creo que el Libro de Mormón es la Palabra de Dios, restrinjamos nuestra
conversación a lo que la BIBLIA dice. Después de todo, si ambos libros son de Dios,
lógicamente no podrán contradecirse uno con otro." Los Mormones por lo general consentirán
en esto. Una vez que lo hagan Ud. podrá proseguir con su testimonio con más tranquilidad,
debido a que ellos no
están familiarizados con el plan de la salvación, y será realmente
buenas nuevas para ellos.
(2) No permita que el Mormón abandone el pasaje hasta que él se dé perfectamente cuenta de lo que significa. Esto es especialmente importante si él trata de citar del Libro de Mormón para demostrar algún punto que es contradictorio a las Escrituras.
(3) Recuerde que el asunto sigue siendo "gracia y obras." No permita que la conversación se desvíe del tema principal, siempre que sea posible. Cuanto más hable de otras cosas, más tiempo le llevará guiarlo al Señor, y le será más difícil hacerlo entonces.
(4) Si el Mormón le habla de alguna doctrina extraña que pudiera despertar su curiosidad, déjela pasar . . . o Ud. se hallará con que ellos estarán monopolizando la conversación y Ud. no tendrá oportunidad de explicarles el plan de la salvación.
(5) Siempre es importante que Ud. ore mentalmente, mientras testifica, para que Dios le dé sabiduría, y dirija los pensamientos de la persona inconversa hacia el evangelio.
"Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Santiago 1:5).
"Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento" (II Corintios 2:14).
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