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CAPITULO V- Cómo iniciar y cómo concluir la conversación

Si Ud. tiene contacto con alguna persona, por correo o personal-mente, en algún negocio, en una estación de servicio, esperando el ómni­bus, en la iglesia, o en su hogar, Ud. tiene la oportunidad de testificar de Cristo.

Creemos que sería una ocasión extremadamente rara cuando el Señor mismo en realidad no quisiera que Ud. dijese absolutamente nada acerca de EL a nadie.

Quizás no consiga la oportunidad de explicar bien el plan de la salva­ción a cada persona con la que Ud. se ponga en contacto, pero debiera determinadamente estar en oración en cuanto a lo que Dios QUIERE precisamente que diga.

Nunca podríamos establecer “reglas” para iniciar las conversaciones, porque cada vez que Ud. se encuentre con alguien deberá juzgar la situa­ción del momento. No obstante, existen algunas líneas de conducta que le pueden ayudar al comienzo de su preparación para testificar. Con el tiempo descubrirá cuál es la mejor manera de acuerdo a cada situación, y por lo general podrá percibir, mediante la guía del Espíritu Santo, la forma más adecuada de acercarse a una persona con el evangelio.

Es muy importante que, al comenzar a testificar, Ud. logre una “im­presión favorable” del oyente. Adopte una actitud amigable, bonda­dosa, agradable. Aproveche las oportunidades que se le presenten para expresar un sincero elogio. Permanezca bien alerta para descubrir cuáles son los intereses del oyente (de las impresiones que él le comuni­que), y cuáles son sus filosofías, para que Ud. pueda hacer uso de dichos detalles mientras le presenta el mensaje de evangelio. La cosa más maravillosa del evangelio es que llena la necesidad de cada individuo, pero debemos tener cuidado de explicarlo en la debida forma para que las personas PUEDAN VER que satisface sus necesidades particu­lares.

A veces será necesario usar varias maneras de iniciar la conversación hasta poder descubrir lo que realmente haga que una persona sea ac­cesible al amor de Cristo. Quizás este sea el pensamiento clave—no las palabras exactas que Ud. deberá decir, sino cómo Ud. puede hacer que la mente de la persona sea receptiva al Señor y la Biblia.

Si el Señor lo guía a comenzar a testificar “en frío, sin preliminares,” a alguien que Ud. nunca ha visto antes, ¡magnífico! ¡Hágalo! No obstante, Ud. encontrará que por lo general, la persona es más receptiva al evangelio si le habla primero acerca de algo que ya ha cautivado su interés. Algunas veces tardará media hora o más en conseguir esto; y otras veces lo podrá hacer en unos pocos minutos. Cada persona y cada situación serán diferentes y el Señor lo guiará mientras Ud. se ocupa de “preparar el camino” para una buena presentación del evangelio.

No estamos sugiriendo que Ud. “ande con rodeos” cuando testifique. Nada de eso. Pero Ud. descubrirá que sí primero habla con el oyente en términos que le interesan A EL, estará más dispuesto a escucharlo cuando le hable acerca de lo que le interesa A USTED.

El interés que Ud. demuestre por dicha persona debe ser genuino. Y se encontrará con que la mayoría de las personas está seriamente ansiosa de que alguien se interese por ellas. Esto será una ventaja MUY GRANDE para Ud. El tiempo y el esfuerzo que Ud. use en ser bondadoso con el oyente tendrá como resultado final un precioso fruto en almas ganadas para Cristo, yen su influencia sobre dichas almas para que también sirvan al Señor después que salvas.

La cuidadosa lectura del libro de Dale Carnegie, “Cómo Ganar Amigos e Influenciar a las Personas,” sería de gran utilidad para Ud. como ganador de almas. Esto no es para que aboguemos por ninguna clase de triquiñuelas, ni tampoco para que reduzcamos al mínimo la obra del Espíritu Santo. Sino que es bueno que tengamos un entendi­miento cabal de lo que motiva a la gente, y que así usemos dicho conoci­miento de la manera adecuada para el Señor Jesucristo. Los principios del libro por el Sr. Carnegie generalmente son bastante Escriturales y están presentados de una manera clara e interesante.

A continuación damos un ejemplo de conversación que podría usarse para comenzar a testificarle a una vendedora. Ud. podrá usar esta forma de acercarse a las personas de cualquier clase social, preguntándoles cómo se interesaron en el tipo de ocupación en la cual están involucradas.

CREYENTE: “¿Cómo es que llegó a interesarse en vender ropa?”

VENDEDORA: “Cuando era jovencita estaba interesada en la moda, por lo que me sentí muy contenta de conseguir, hace unos años, este trabajo en vestidos y ropas femeninas.”

CREYENTE: “Supongo que estando en ventas Ud. se encontrará con toda clase de personas.”

VENDEDORA: “Sí. Y es muy interesante. ¿Qué clase de ocupación tiene Ud.?”

(Nota: Casi siempre los oyentes preguntan acerca de lo que usted hace, después que le han hablado acerca de lo que ellos hacen. No im­porta cuál sea su vocación, su respuesta puede ser usada para guiarlos al evangelio.)

CREYENTE: “Yo trabajo en una oficina industrial... pero mi prin­cipal interés son las personas en general.”

(Nota: Aquí es donde Ud. puede dar su testimonio personal. Mientras continúa leyendo este libro, tómese un poco de tiempo para repasar su testimonio y para pensar en los detalles que serían de interés para la mayoría de las personas. Esto no significa inventar cosas para agregarlas a su testimonio. Nada de eso. Algunos Cristianos se lamentan de que el testimonio de ellos no es “interesante.” Pero si Ud. dedica un poco de tiempo para pensar y bosquejar un pequeño plan, se sorprenderá de cuántas cosas le han ocurrido en su vida que pueden ser expresadas de manera que sean de mucho interés para los demás. La mayoría de las personas estarán interesadas en oir lo que le ha sucedido a Ud., y esto será una curiosidad que Ud. podrá utilizar a favor suyo.)

Mientras Ud. se ocupa en hacer ciertos planes, deberá preparar su testimonio con varias duraciones de presentación. Ud. deberá tener preparado el plan de la salvación mediante su testimonio, en 2 minutos, 5 minutos, 10 minutos, media hora, y aún más. Una vez que Ud. tenga esto ya establecido en su mente, listo para usarlo cuando la situación lo indique, descubrirá que se siente con más coraje para testificar, debido a que está preparado.

A uno le gusta hablar de lo que sabe. A un entusiasta del fútbol le encanta hablar acerca de este deporte y se goza en su conocimiento acerca de los porcentajes de sus jugadores favoritos. Estoy seguro que Ud. conoce a personas que piensan que son expertos en alguna materia, y están constantemente buscando la oportunidad de demostrar cuánto conocimiento tienen de tal o cual asunto. Por lo general, la falta de confianza en el conocimiento del tema produce temor y vacilación. ¡Felicítese a sí mismo por estar interesado en ganar almas lo suficiente como para estudiar este libro! Pero, como es lógico, sólo leyendo este libro no le proporcionará todo lo que necesita para ganar almas.

Los cuatro puntos siguientes le ayudarán a sobreponerse al temor de testificar:

(1) El conocimiento de las Escrituras;

(2) Experiencias pasadas satisfactorias;

(3) Estar entre creyentes que también testifican;

(4) Orar con frecuencia.

Ud. descubrirá que el temor que siente de testificar, se desvanece tan pronto como Ud. efectivamente comienza a hablar de su testimonio a un oyente. ¡Lo importante es que Ud. COMIENCE! No permita que Satanás le impida ser un efectivo ganador de almas por causa del temor. Invoque la cita de I Juan 4:18, “En el amor no hay temor, sino que el per­fecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” Recuerde, es el “amor de Cristo” lo que nos constriñe a testificar.

Para llegar a ser un gran ganador de almas, Ud. debe estudiar y prac­ticar, estudiar y practicar, y estudiar y practicar aún más. Otra ayuda concreta para vencer el temor de testificar es una presentación “siempre lista” del evangelio mediante su propio testimonio.

Si Ud. tiene un amigo creyente de confianza quien esté también interesado en ganar almas, quizás podría reunirse con él y “practicar” uno con otro, dando cada uno su testimonio como lo harían con una persona perdida. El oírse el uno al otro les ayudará a descubrir frases que podrían expresarse mejor, etc. Asimismo, después que Ud. haya dado su testimonio unas cuantas veces, habrá adquirido más confianza.

Un grabador de cinta magnética también puede serle de mucha utili­dad. Haga una grabación de su testimonio y vea si le agrada cómo se expresa. Quizás descubra algunas cosas en su locución que Ud. desee modificar... A lo mejor Ud. está usando muchas “muletillas verbales” tales como “este...” y “entonces…”, o quizás repita un cliché favorito más de lo que nos agrada oírlo, etc.

Nadie se convierte en un perfecto ganador de almas de la noche a la mañana. Pero tenga en cuenta que no es su propia elocuencia lo que Dios, de cualquier manera, va a bendecir, sino su fiel y cariñosa presentación del evangelio. Lo importante es COMENZAR a testificar ahora mismo. Testifique del Señor a alguien HOY MISMO.

“Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas” (Salmo 126:6).

USANDO LAS NOTICIAS DE ACTUALIDAD PARA INICIAR UNA CONVERSACION

Si Ud. puede relacionar una noticia corriente con las Escrituras como el cumplimiento de alguna profecía, entonces habrá iniciado una conversación para comunicar el evangelio.

El crecimiento canceroso del comunismo a través del mundo entero—incluso el continente americano—puede ser usado para interesar a la gente en la Palabra de Dios. Probablemente sería aconsejable dejar a la “política” propiamente dicha fuera de la conversa­ción, pero al mismo tiempo, no hay razón para no mencionar que las políticas gubernamentales que ayudan al ateísmo y al comunismo ciertamente son inescriturales.

Hay un estudio intrincadamente complicado de la Escritura profética sobre el tema de la “última potencia mundial imperante” que no podemos incluir en este manual de evangelismo personal, pero mencionaremos brevemente algunos versos que Ud. querrá usar para despertar el interés de la persona en oir más de la Biblia—los cuales, oramos—serán versos acerca de la salvación.

1. En Daniel 7:23 Dios predice que la última potencia mundial gobernante, “a toda la tierra devorará.” El continente americano no está excluido de este terrible poderío dominante, a pesar de que quisiéramos que lo estuviera.

2. Daniel 8:23 dice que el soberano de los últimos tiempos usará de “enigmas” que según el idioma hebreo significa “tretas.”

3. Daniel 8:24 nos dice de su gran poder satánico, del incremento de su dominio, y del martirio de los cristianos que caigan en sus manos.

4. Daniel 8:25 nos informa que su política será el uso del “engaño.” La palabra hebrea para esto también es “fraude.” Sus planes políticos serán promovidos por medio de falacias. Dicho gober­nante se creerá muy grande, pero el Señor Jesucristo, el Príncipe de príncipes, eventualmente lo derrocará.

5. Daniel 11:21 expresa que este futuro soberano dirá que habrá paz (en hebreo: “promesa de paz, falsa o verdadera”), y que conquistará naciones mediante plataformas políticas falsas.

6. Daniel 11:24 nos dice que este gobernante no tendrá precedente en cuanto a sus malvados métodos y obras. Ningún hombre antes habrá hecho tanta maldad como éste. “...botín, despojos y riquezas repartirá a sus soldados...” Prometerá gran seguridad económica a las naciones, pero no cumplirá sus falsas promesas, excepto por un corto tiempo para ganarse la confianza y lealtad de las mismas.

7. Daniel 11:36 nos revela que este gran gobernante no creerá en Dios. Que él prosperará hasta el fin de la Gran Tribulación, cuando Cristo Jesús mismo lo desmenuzará en pedazos (Daniel 2:45).

Muchos de los países de nuestro amado continente americano están siguiendo esta tendencia de socialismo en escala mundial, lo cual noso­tros creemos que es el sistema de gobierno que Dios describe como la última potencia mundial imperante. El Movimiento Ecuménico también juega un papel importante en esta “unidad mundial” que discutiremos en el Capítulo 14.

Cuando una persona se dé cuenta que el comunismo está arrasando al mundo entero, incluyendo su propio país, entonces, generalmente, estará con una actitud muy receptiva para oir el evangelio. Después de todo, ¿a quién le agradaría pasar por la Gran Tribulación? Dios promete que SU pueblo no tendrá que pasar por esa época de sufrimiento y horrores. Será solamente para los que no sean salvos y estén viviendo durante esos días (ver I Tesalonicenses 1:10; 5:9; Apocalipsis 3:10; Isaías 26:20).

No es conveniente que Ud. hable de innumerables aspectos y detalles sobre esta clase de profecía con ningún incrédulo, debido a que el entendimiento de la misma no podría venir hasta que sea salvo y haya estudiado la Biblia minuciosamente. Pero a manera de iniciar una conversación—usándolo para ir de un tema general HACIA EL EVANGELIO—puede ser de mucha utilidad.

USANDO LAS PROFECIAS CONCERNIENTES A LOS JUDIOS PARA INICIAR UNA CONVERSACION

Escuchar acerca de algo que ha sucedido durante nuestra generación nos impresiona más vívidamente que oír de algo que ha sucedido antes que nosotros naciéramos. Por esta razón, el regreso de los judíos a la tierra de Israel, en mayo del año 1948, es de particular valor como tópico para iniciar una conversación. Esta profecía se cumplió durante el curso de vida de cualquier persona de 18 ó más años de edad (a la fecha de esta edición en 1991).

Amós 9:14, 15: “Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.”

Isaías 27:12, “Acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde el río Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno.”

Oseas 3:4, 5: “Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafim. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.”

Asimismo, Ud. podría mencionar POR QUE los judíos fueron esparcidos. En el capítulo veintiséis de Levítico, Dios declara las condi­ciones de bendiciones y las advertencias en cuanto a la disciplina para con la nación de Israel. El castigo final, luego de la continuada desobediencia, es LA DISPERSION.

Levítico 26:32, 33 dice, “Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren; y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades.”

Deuteronomio 28:63-66 describe el alcance de la dispersión final del Antiguo Testamento, “Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella. Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra. Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y tristeza de alma; y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.”

En Marcos 14:27 Cristo Jesús cita de Zacarías 13:7 cuando explica, ‘...dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas...” indicando que los judíos serían nuevamente esparcidos, esta vez debido a la actitud de ellos hacia el Mesías—porque no le recibieron.

Si Ud. decide tener en mente lo que quiera decir acerca de los judíos que están volviendo a la tierra prometida como cumplimiento de una profecía, se sorprenderá al descubrir cuán a menudo el Señor permitirá que las conversaciones de las personas que lo rodean se conviertan en una perfecta entrada para sus observaciones.

La mencionada profecía despertará el interés de ellos en la Biblia y Ud. entonces podrá guiar la conversación hacia el plan de la salvación. En caso de que haya personas judías presentes, comience con la profecía acerca del Mesías. El Capítulo 12 de este Manual le proporcionará detalles con respecto a cómo testificar a los judíos.

USANDO TRATADOS PARA INICIAR CONVERSACIONES

Por lo general, la gente nos presta favorable atención cuando nosotros tenemos algo en la mano para repartir. La mayoría de las personas gustosamente acepta un tratado.

Mientras que, indudablemente, cualquier tratado que explique clara-mente el mensaje de la salvación podrá usarse para dar testimonio, en este capítulo hemos incluido una ilustración del tratado “¿Irá Usted al Cielo?”, el cual hemos comprobado que es excepcionalmente efectivo como medio para iniciar una conversación, debido a su sugestivo título.

Si Ud. sólo tiene unos minutos disponibles, podrá simplemente entregar este tratado a alguna persona diciendo algo como, “Me gustaría darle esto para que lo lea. Estoy seguro que lo encontrará muy interesante.”

Cuando una persona recibe un tratado, casi invariablemente formula una pregunta o comenta algo al respecto—y esto es su guía directa hacía el plan de la salvación. Con frecuencia dicen más a menos lo siguiente: “Yo no… yo nunca voy a llegar al cielo.” Esto es lo ideal, porque entonces Ud. sabrá que ella se da cuenta que las OBRAS QUE PUDIERA HACER no podrían capacitarla para alcanzar el cielo.

Si Ud. dispone de tiempo, sería conveniente que primero .explique acerca del tratado, aclarando que aunque la lista contiene muchas cosas maravillosas que uno puede hacer, la Biblia, sin embargo, nos dice que las buenas obras no pueden salvar a una persona, y que necesitamos confiar solamente en Cristo puesto que EL es el único que ha efectuado el pago total de nuestros pecados. Muéstreles Juan 3:16, que se encuentra en la última página, y explique cómo pueden colocar el nombre en el espacio en blanco cuando crean en Cristo como Salvador personal.

Este tratado no es propiedad literaria. El autor ha otorgado su permiso para que el tratado pueda ser usado por otras personas. Ha sido revisado dos veces de su formato original. Sabemos que ya se han distribuido más de dos millones de copias. Debido a la insólita claridad con que el plan de la salvación es presentado, y asimismo por los resultados tremendamente fructíferos que ha producido, le recomendamos que Ud. también trate de usarlo para testificar. Su grupo o iglesia puede hacerlos imprimir en prensas de tipo “offset.” Pueden adquirirse copias de muestra escribiendo a:

Iglesia Grace Community, P.O Box 775, PHARR, TX 78577, USA. Email: gccgospelofgrace@aol.com

Pensamos que le agradará la manera en que este tratado le ayuda a incrementar su ministerio.

(Nota: Permítanos sugerirle que si Ud. decide dejar un tratado junto con una propina para la camarera de algún restaurante, que la gratifica­ción sea generosa. La camarera se sentirá con mejor ánimo de leer el tratado respondiendo a su bondad para con ella.)


CUBIERTA: ¿IRA USTED AL CIELO? averígüelo adentro…

PAGINA UNO: ¿Irá Usted al Cielo?

INSTRUCCIONES:

Coloque una tilde al lado de aquellas cosas que Ud. crea que son necesarias para poder ir al cielo.

[ ]   1. Obedecer las leyes y mandamientos Divinos

[ ]   2. Dar dinero para obras de caridad

[ ]   3. Hacer lo mejor que Ud. pueda

[ ]   4. Vivir una vida buena

[ ]   5. Realizar buenas obras

[ ]   6. Tratar de obedecerla Regla de Oro

[ ]   7. Dar diezmo o dinero a la iglesia

[ ]   8. Hacerse miembro de una iglesia

[ ]   9. Asistir a la iglesia con regularidad

[ ] 10. Hacer oraciones

[ ] 11. Hacer ayunos

[ ] 12. Hacerse bautizar

[ ] 13. Tomar la santa comunión

[ ] 14. Nacer de padres Cristianos

[ ] 15. Recibir la confirmación

[ ] 16. Hacer penitencias

[ ] 17. Recibir la extrema unción

[ ] 18. Afiliarse a una confraternidad o club social

Ahora continúe con la próxima página y averigüe si es que USTED irá verdaderamente al cielo...

EXPLICACION:

No. 1—Es imposible llegar al cielo de esta manera. En la cita de Romanos 3:19-28 la Biblia dice:

“Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” (Romanos 3:28).

Nos. 2, 3 y 4 — Estas cosas jamás podrían salvarlo pues la Biblia dice:

“Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia” (Tito 3:5). Nos. 5, 6 y 7 — Las buenas obras no salvan a nadie. La Biblia declara:

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe: y esto no de vosotros, pues es don de Dios: no por obras para que nadie se gloríe”(Efesios 2:8,9).

Nos. 8, 9. 10 o 11—No podemos salvarnos mediante ninguna clase de obras, no importa cuán buenas o bien intencionadas sean. Dios nos salva por SU gracia (misericordia). La Biblia dice:

“Y si por gracia, ya no es por obras: de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra” (Romanos 11:6). Nos. 12 o 13—El bautismo por agua y la comunión son para las personas que ya son salvas. No son las obras nuestras que nos salva sino la fe en Cristo. La Biblia declara:

“Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” (Romanos 4:5).

No. 14—Esto tampoco puede salvarlo. Las Escrituras nos dicen:

“Eso es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios...” (Romanos 9:8).

La Palabra de Dios también declara:

“Mas a todos los que le recibieron (a Cristo), a los que creen en su nombre, les dio potestad (o derecho) de ser hechos hijos de Dios: los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios(Juan 1:12, 13).

“No...de sangre” significa “no por el parentesco” que tengamos. Debemos nacer de Dios para ser salvos. Nos. 15, 16, 17 o 18—Estas son doctrinas inventadas por los hombres y la Biblia no enseña nada de esto. Dios dice:

“Pues en vano ene honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 15.9).

¡NO! Ninguna de estas cosas puede salvarlo. Ud. no puede hacer absolutamente nada para ganarse la vida eterna. Es sólo la fe en el Señor Jesucristo lo que puede salvarlo.

…y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él (en Cristo Jesús) es justificado todo aquel que cree” (Hechos 13.39).

La manera de alcanzar la vida eterna no depende de lo que nosotros mismos podamos hacer, sino haciendo que se nos otorgue una perfecta justificación. Recibimos dicha justificación cuando creemos que el señor Jesucristo llevó nuestros pecados sobre SI MISMO y que pagó el precio completo por ellos muriendo en la cruz del Calvario por nosotros. La palabra de Dios nos declara:

“Al que no conoció pecado (Cristo), por nosotros (Dios) lo hico pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (II Corintios 5:21).

Nadie puede recibir la vida eterna trabajando para ganarla o esforzándose a portarse bien. Uno recibe la vida eterna creyendo en el testimonio que Dios nos ha dado acerca de SU Hijo. Recuerde que si no está de acuerdo con estas declaraciones, Ud. estará diciendo que Dios es mentiroso, pues la Biblia nos dice que.

.. el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios, nos ha dado acerca de SU Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna: y esta vida está en su Hijo”(I Juan 5:10, 11).

Testimonio significa “evidencia.” y Dios en SU Divina Soberanía, permite que el destino eterno de las personas dependa de lo que cada uno decida escoger. El apóstol Juan nos dice claramente:

“El que en él cree, no es condenados pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hilo de Dios” (Juan 3.18).

DESPUES que Ud. sea salvo, la obediencia a Dios traerá gozo, paz, amor y felicidad a su vida (Gálatas 5:22, 23).

Y cuando desobedecemos a Dios. EL nos disciplina de la manera que un padre amante trata con sus hijos (I Corintios 3:15:5:5: y 11:32).

Dios jamás nos rechaza o nos pierde.

“Todo lo que el Padre me da, vendrá á mí; y al que a mi viene, no le echo fuera... Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda no nada, sino que lo resucite en el día postrero” (Juan 6:37.39)


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¿Acaso no tiene buen sentido, que creamos en el UNICO que resucitó de los muertos y que confiemos en EL para el pago de nuestros pecados? ¿Por qué no confía en EL ahora mismo y se asegura de que Ud. irá al cielo cuando muera? En este mismo momento, acepte el pago que EL ha efectuado por sus pecados, para que tenga la confianza de SABER que Ud. nene vida eterna. La Biblia nos dice:

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hilo de Dios, para que SEPÁIS que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13).

Cristo murió... Eso es Historia.

Cristo murió por mi... ¡Eso es SALVACION!

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Amigo lector, si Ud. puede sinceramente colocar su nombre en lugar de las palabras “todo aquel” en la porción bíblica mencionada, bajo la autoridad de la Palabra de Dios, Ud. puede SABER que tiene vida eterna.

“De cierto, de cierto os digo: el que cree en mí, TIENE( posee ahora mismo) vida eterna” (Juan 6:47).

Iglesia Grace Community,

P.O Box 775,

PHARR, TX 78577,

USA.

Email: gccgospelofgrace@aol.com


INICIANDO CONVERSACIONES CON TEL-EVANGELISMO

La ciudad de Miami, Florida (EE. UU.), se usó como ciudad experi­mental para una nueva clase de ministerio llamado TEL­EVANGELISMO, el cual, como su nombre lo indica, es evangelismo por teléfono, y es un excelente elemento para iniciar una conversación junto con las tarjetas de las “buenas nuevas,” ilustradas en la página siguiente. Para recibir información acerca de cómo su grupo o iglesia puede, a un costo muy razonable, disponer de este ministerio único en su género, sírvase escribir a: TEL-EVANGELISMO, Inc., Rev. Herbert Paynter, 3313 Fowler Blvd., Lawenceville, Georgia 30244, U.S.A. (EE. UU.) Nota: este servicio no es posible ahora.

A continuación damos un ejemplo del mensaje “TEL-ADULT” que corresponde a las tarjetas distribuidas entre personas adultas:

“Muchas gracias por su llamada. Este es un mensaje grabado con la mejor noticia que haya escuchado jamás. Primero, hágase esta pregunta, ‘¿ADONDE IRA USTED CUANDO MUERA?’ ¿Se ha preguntado, por casualidad, si es que algunas de las cosas que ha hecho en su vida le impedirán llegar al cielo? Nosotros queremos informarle que Ud. puede SABER ahora mismo si es que irá o no al cielo cuando muera. La razón por la cual Ud. puede saberlo ahora, se debe a que su destino final en el cielo o el infierno no depende de lo que Ud. haga. Depende de su aceptación de lo que Dios ya ha hecho por Ud. Las buenas noticias son que Dios nos dice que EL nos salva pagando por nuestros pecados y dándonos vida eterna. Busque en su propia Biblia la cita de Efesios 2:8, 9 y léala cuidadosamente: ‘Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.’ Asombroso, ¿verdad? Pero aún mejor, Dios nos dice que EL nos salva por la fe—no por lo que hagamos nosotros mismos. La Salvación es un regalo que Dios nos otorga. Esto significa que para nosotros la salvación es gratuita, porque Dios ya ha pagado el precio. ¿Por qué no toma en serio la Palabra de Dios y acepta lo que EL dice en Juan 3:16, ‘Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.’ Eso de creer en EL, automáticamente lo convertiría a Ud. en un hijo de Dios. Y si más tarde desobedece, Dios se encargará de disciplinarlo. Pero Dios nunca lo perderá ni rechazará. Dios nos garantiza esta seguridad en Juan 6:37 y 39. Si Ud. confía en Cristo como su Salvador personal, Dios lo tratará como a SU hijo, y la disciplina que Ud. reciba por alguna maldad, será porque Dios lo ama. Para alcanzar la vida eterna Ud. no tiene que hacerse miembro de nin­guna iglesia ni ofrendar dinero, ni nada por el estilo.

El hecho es que Ud. no puede hacer absolutamente nada para ganarse la vida eterna, sino que, simplemente, Ud. debe aceptar el pago de sus pecados que Dios ya ha efectuado en su favor. Crea en el testimonio que Dios nos ha dado acerca de SU Hijo. Ud. puede confiar en EL. ¿Por qué no, ahora mismo, silenciosamente, le dice a Dios que Ud. cree que EL pagó por sus pecados en la cruz, tal como EL declara haberlo hecho? Reciba a Cristo Jesús como su Salvador personal ahora mismo… Si Ud. así lo ha hecho, que Dios le bendiga ricamente.”

Puede verse que el mensaje carece de influencia denominacional, y es una clara presentación del evangelio que culmina con una invitación para recibir a Cristo como Salvador personal. Luego la persona es in­vitada a llamar a la iglesia—o al consejero que se haya designado—ya sea para recibir información adicional o para que las preguntas que tenga le sean contestadas de la Biblia.

Se ha comprobado que este número telefónico para “llamar de nuevo” es muy valioso puesto que el interesado que llama recibe entonces “asesoría” Escritural de un “ganador de almas” calificado y de experiencia. Dicho obrero podría ser una persona que se encuentra postrada en cama, una ama de casa, o cualquier persona que desee la oportunidad de testificar a los que activamente están buscando al Señor Jesucristo como Salvador personal.

Por lo general, Ud. descubrirá que el uso de estas tarjetas de las Buenas Nuevas es un elemento muy efectivo para iniciar conversa­ciones, pues aunque algunas personas rehúsan un tratado, a la mayoría le agrada recibir estas tarjetas de las “buenas nuevas.” ¡La gente está siempre dispuesta a oír buenas noticias! Y esta tarjeta parece despertar una simpatía instantánea, a tiempo que despierta en las personas el interés y el deseo de oír más acerca de estas “buenas nuevas.”

Muy a menudo, las personas le preguntarán algo que Ud. podrá contestar directamente con el plan de la salvación... y de las conversa­ciones que se han iniciado de esta manera, muchos han recibido a Cristo como Salvador personal aun antes de que tuvieran la oportunidad de llamar al número de TEL-EVANGELISMO.

LA TARJETA DE LAS “BUENAS NUEVAS
—ELEMENTO UNICO EN SU GENERO PARA
INICIAR CONVERSACIONES

A todo el mundo le gusta oír buenas noticias y esta idea ha sido in­corporada a un ministerio telefónico llamado TEL-EVANGELISMO, usando grabaciones de dos minutos y medio de duración, en magazines de cinta magnética sin fin con el plan de la salvación.

LA CONCLUSION DEL MENSAJE
—EL MOMENTO DE LA INVITACION

Es extremadamente importante que Ud. no trate de concluir con la in­vitación antes de que la persona oyente haya entendido bien el plan de la salvación.

Cuando Ud. se sienta seguro de que el oyente ha comprendido lo que es el evangelio y Ud. esté ya listo para invitarlo a que confíe en Cristo como Salvador personal, recién entonces hágalo. Y no espere más tiempo.

A continuación damos un ejemplo de la invitación:

CREYENTE: “¿Le parece que lo que yo he estado diciendo tiene sentido?”

OYENTE: “Sí, ya lo creo.”

CREYENTE: “Puesto que mi explicación tiene sentido, ¿no le gustaría recibir a Cristo como su Salvador ahora mismo?”

OYENTE: “Sí, cómo no, me gustaría hacerlo.”

CREYENTE: “Muy bien, de la mejor manera que pueda hacerlo, ¿cree Ud. realmente que Jesucristo es el Señor y que EL pagó por todos sus pecados?”

OYENTE: “Sí, yo lo creo.”

CREYENTE: “Cuánto me alegro, y lo felicito, porque cuando una persona cree en Cristo, Dios nos dice que uno puede SABER que tiene vida eterna. Lea conmigo este verso en 1 Juan 5:13, “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que SEPAIS que tenéis vida eterna...”

Cada una de las preguntas que Ud. le haya formulado al oyente tiene que haber recibido una respuesta afirmativa. Esto se debe a que para entonces, el oyente habrá entendido el mensaje del evangelio, de lo contrario Ud. no lo habría invitado aún a que reciba a Cristo como su Salvador.

Si en cualquier momento durante su “conclusión” el oyente le dijera “no,” que no tiene sentido lo que Ud. está explicando, o que él “no” quiere recibir al Señor Jesucristo como su Salvador, Ud. deberá preguntarle por qué piensa de esa manera, y tratará de contestar a sus objeciones con las Escrituras. Luego, cuando nuevamente crea que él ha entendido bien su explicación, invítelo a recibir a Cristo como su Salvador personal.

Si por alguna razón, la persona incrédula persiste en rehusar la salva­ción y no quiere confiar en el Señor Jesucristo, o en el caso de que la misma esté realmente determinada a no continuar escuchando el mensaje del evangelio, será mejor que por el momento, Ud. suspenda el tema. Pero deberíamos prevenir a esa persona con algunas palabras, tales como, “Permítame decirle que Ud. está en una posición muy precaria, rechazando al Señor que lo ama tanto... Si yo fuera Ud., pensaría muy bien sobre este asunto y no perdería el tiempo en tomar una decisión al respecto, porque si Ud. llegara a morir ahora, en la condición que se encuentra, Ud. iría al infierno.” (Esto debe hacerse con mucha bondad, pero con firmeza. Ud. podría usar un verso como Juan 3:18, para mostrarle al oyente que está condenado por su incredulidad.)

Una manera efectiva de conseguir que una persona vea el error de NO aceptar a Cristo como Salvador es usando 1 Juan 5:10, donde leemos, “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, LE HA HECHO... MENTIROSO, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.”

La mayoría de las personas en seguida admitirá que no quiere llamar mentiroso a Dios. No obstante, si no creen lo que la Biblia dice acerca de Cristo y la salvación, eso es exactamente lo que están haciendo.

Asimismo, use 1 Juan 5:9: “Si recibimos el testimonio de los hombres, MAYOR es el testimonio de Dios...” Cada vez que vamos al almacén y compramos alimentos enlatados, nosotros “recibimos el testimonio de los hombres” cuando creemos que las etiquetas DICEN LA VERDAD acerca de lo que está dentro de cada envase. Cuando compramos sopa de tomates nunca nos detenemos a pensar, ni nos preocupamos por si las latas llegaran a contener sopa de cebollas, o alguna otra cosa. Simplemente tomamos el nombre de esa compañía en serio. Estamos recibiendo el testimonio de los hombres que enlataron dicho alimento.

Cuando un joven le dice a una señorita que él se casará con ella, la señorita acepta la palabra del joven y entonces, están “comprometidos.” Ella cree que el joven está diciéndole la verdad. Ella no le llama mentiroso. Ella recibe el “testimonio” de ese joven.

Algunas veces las personas cometen errores. Otras veces se equivocan. Y otras veces hasta mienten. Pero la Biblia dice que si nosotros recibimos el testimonio de los hombres, que son falibles, CUANTO MAS debiéramos recibir el testimonio de Dios, que es infalible—que nunca se equivoca —-que jamás miente (Tito 1:2; y Salmo 18:30).

De vez en cuando nos encontramos con una persona que es tan obstinada, y aun blasfema al Señor, que una declaración como, “Si Ud. muriera en su condición actual y no fuera al infierno, sería la primera vez que la Biblia se hubiera equivocado,” será necesaria para que el oyente se dé cuenta de la gravedad de la situación en que se encuentra.

Me asombra profundamente la aparente indiferencia total de algunas personas para con el evangelio. Romanos 1:18-32 nos pinta tal cuadro, nos explica una situación tan horrorosa de la humanidad perdida que podríamos llamarle “la evolución a la inversa.” Cuando el hombre fue creado, tenía comunión con Dios. Pero la humanidad ha ido paulatinamente descendiendo, no ascendiendo... El ateísmo y la idolatría no vienen de la ignorancia (Romanos 1:19, 20, 28), sino de la OBSTINADA denegación de la verdad.

Cuando Ud. invite a una persona a que reciba a Cristo corno Salvador personal no corneta el error de pedirle que se haga miembro de su iglesia. No confunda afiliación con salvación. DESPUES que la persona sea salva, Ud. podrá recomendarle una buena iglesia de creencia bíblica y predicación evangélica genuina.

Durante la invitación para que reciba al Señor, no le pida que cambie su vida, o que haga ninguna promesa a Dios. Esto no tiene nada que ver con su salvación y sólo conducirá a que el oyente confunda mental-mente el tema de discusión.

Este momento de la invitación es uno de los momentos más CRUCIALES de su testimonio. Ud. podrá ahuyentar de Cristo o guiar a Cristo a la persona, como resultado de lo que diga, la forma en que lo diga, y las palabras que use para decirlo.

Muchos ganadores de almas, teniendo el sincero y ferviente deseo de que el oyente también llegue a disfrutar del gozo de servir al Señor, primero le hablan de la salvación, y a “renglón seguido” del servicio Cristiano. Sin embargo, nosotros nos hemos enterado por medio de numerosos testimonios dados por los que han oído esta clase de invita­ción, de que estas personas no fueron salvas escuchando esa predi­cación, sino que la misma los confundió, los amargó, y les hizo sentir que jamás podrían salvarse porque pensaron que no podían cambiar la manera de vivir que estaban llevando cuando oyeron el mensaje del evangelio.

Predique el evangelio de la salvación por gracia mediante la fe… Dios el Espíritu Santo salvará a la persona, habitará en su vida, y le dará entonces el poder para vivir el tipo de vida que agrade al Señor. “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13).

UNA ADVERTENCIA IMPORTANTE: Ud., como ganador de almas, deberá tener cuidado de no dañar al nuevo creyente que haya guiado al Señor, DICIENDOLE que él irá al cielo, sin haber hecho que él mismo lo vea en la Biblia. La confianza que él reciba con respecto a esta maravillosa verdad, no debe venir de los LABIOS de ninguna persona, sino de la PALABRA de Dios.

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