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CAPITULO IV- El Mensajero

Su Testimonio

“Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres” (Tito 3:8).

La Biblia nos dice que TENGAMOS CUIDADO de mantener buenas obras. Ud. puede estar seguro que Satanás usará de innumera­bles artimañas para que Ud. arruine su testimonio. Las Escrituras dicen, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8).

Ud. tendrá que vestirse, “de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:11).

Muchas veces sucede que cuando un Cristiano es doctrinalmente sano y está determinado a testificar, Satanás se introduce furtivamente, “por la puerta de atrás,” en la vida de esa persona, y arruina la efectivi­dad de ese Cristiano porque NO TUVO CUIDADO de su testimonio.

¡Esto es tan importante! Dios nos advierte, “No demos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro MINISTERIO no sea vituperado” (II Corintios 6:3). En cada situación deberá hacer lo que es apropiado, porque la gente usará su propio testimonio para criticar la obra Cristiana.

Si la gente se entera de que Ud. miente, engaña, roba, habla usando palabras torpes, es chismoso, no tiene consideración por los demás, etc., Ud. no será apreciado, y esto causará un GRAN DAÑO a su ministerio. La gente mirará la vida que Ud. lleva y dirá, “Si ese es un ejemplo del Cristianismo, entonces no me interesa.”

El Señor nos amonesta, “Absteneos de toda especie de mal” (I Tesalonicenses 5:22). Algunas cosas podrán parecerle perfectamente inocuas, y de ninguna manera serían pecaminosas de hacer, excepto que, por una razón u otra, algunos Cristianos las considerarán como muestra de un testimonio pobre. En tales casos, Dios nos dice que nos abstengamos de ellas. Simplemente, Ud. no deberá hacerlas porque no valen la pena. Su ministerio—lo que Ud. está tratando de lograr en su vida para el Señor—es demasiado valioso como para que corra el riesgo de perder efectividad en su testimonio. Dios conoce el corazón del creyente que es fiel, y EL lo bendecirá por su fidelidad.

El apóstol Pablo estuvo en una situación similar a ésta. En esa época era cosa común que la comida que había sido ofrecida a los ídolos fuese luego puesta a la venta en el mercado. Pablo sabía que la vianda en cuestión no era ni bendita ni maldita por causa de los ídolos (1 Corintios 8:8), pero había Cristianos que pensaban que él no debía comer ese tipo de vianda.

¿Podía Pablo haber comido esa vianda? Claro que sí. Pero, ¿participó Pablo de ella? No. ¿Por qué? El nos lo dice, “Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite” (Romanos 14:21). “Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano” (I Corintios 8:13). En nuestra obra Cristiana no podemos ofender a los demás... y tampoco podemos dejarnos ofender. Si Ud. permite que la gente hiera sus sentimientos, se verá impedido de tener con ellos el ministerio que Ud. necesita para influenciar sus vidas.

El apóstol Pablo disciplinó su vida a fin de poder servir y ayudar a los demás. En su dedicación por ganar almas, Ud. probablemente “renun­ciará” a cosas que el Cristiano corriente ni siquiera pondría en tela de juicio—no por obligación, sino que, por el gran amor que profesa para el Señor, Ud. no querrá que nada en su vida impida que otros confíen en Cristo Jesús como Salvador.

“Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna” (I Corintios 6:12).

No es cuestión de “¿Puedo hacer esto o aquello y aún ser salvo?” Esta no era la cuestión del caso en el testimonio de Pablo. El sabía que la ley no podía afectar sobre su propia vida eterna. Pero él evitó de convertirse en esclavo del pecado en su vida diaria (Romanos 6:15, 16), para ser de mayor utilidad al Señor.

“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13).

A fin de poder ser un testigo fructífero para el Señor, voluntariamente Ud. deberá disciplinar su vida para que lleve el testimonio correcto para la gloria de su Señor y Salvador. Si Ud. predica de Cristo a las demás personas, y no honra a Cristo con su propia vida, la gente le perderá el respeto y no le prestará atención cuando testifique.

No obstante lo antedicho, no se vaya al otro extremo tampoco. Al­gunos Cristianos se vuelven tan introspectivos que se pasan todo el tiempo tratando de vivir una vida “santa”, y gastan muchas horas en “oración y meditación” pero descuidan de hablar a los perdidos acerca de Cristo el Salvador. Viven una “vida buena” ante los demás, pero nadie les oye decir nada del evangelio. Si Ud. vive una vida buena, pero no testifica, el que recibe toda la gloria es Ud. y no Cristo, a Quien pertenece toda la gloria (1 Corintios 1:31).

Es asombroso ver cuán elevadas son las normas de conducta que aun el mundo establece para los Cristianos, y verdaderamente, debiéramos vivir una vida y un testimonio que sean lo mejor posible. Ud. será tildado de “fanático” si testifica careciendo de una vida que apoye su testimonio. El buen testigo y el buen testimonio van juntos de la mano. Y Ud. deberá tener ambas cosas para glorificar realmente al Señor. Estas dos cualidades no están en competencia entre sí.

Satanás siempre engaña a cualquiera que acepte su “línea”; ya sean personas salvas o incrédulas. Juan 8:44 nos dice que Satanás es un mentiroso, y el padre de mentiras. Satanás trata de hacer que los perdidos vivan una vida buena, engañándolos a que eso les ayuda para ir al cielo. Satanás trata de evitar que los salvados vivan una vida buena, porque él sabe que eso hará que los perdidos no acepten el evangelio cuando sea presentado por ellos.

El capítulo dos de 1 Tesalonicenses menciona muchas de las cuali­dades que Pablo tenía como ganador de almas. Al estudiar dicho pasaje, Ud. notará que él: (1) era un siervo denodado; (2) no usó de engaños ni errores; (3) cumplió con su cometido y agradó a Dios; (4) era honesto; (5) no buscó las alabanzas de los hombres; (6) era benigno; (7) tenía gran amor y celo por la obra; (8) trabajó con diligencia; (9) dio un buen testi­monio; y (10) enseño a otros cómo vivir para el Señor.

Si Ud. quiere ser un gran ganador de almas, deberá ser un gran siervo, “el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro SERVIDOR” (Marcos 10:43).

El apóstol Pablo es un maravilloso ejemplo del Cristiano realmente consagrado. Oigamos sus propias palabras en 1 Corintios 9:1, 19: “¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.”

¿Se da Ud. cuenta del alcance de la dedicación del apóstol Pablo? En efecto, él testificó día y noche por tres años seguidos, en público y en privado, (ver Hechos 20:20, 21 y 31).

Pero, ¿qué estaba él dispuesto a abandonar para guiar un alma a Cristo? ¿Dinero? ¿Posición? ¿Esparcimiento? ¿Deportes? ¿Hogar? ¿Salud? ¿Su propia vida?

¿Sabía Ud. que Pablo estuvo dispuesto a dar su PROPIA ALMA para que otros pudiesen ser salvos? 1 Tesalonicenses 2:8 nos dice, “Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también NUESTRAS PROPIAS VIDAS; porque habéis llegado a sernos muy queridos.” Pablo tenía tanto interés por las almas que estuvo dispuesto a ir aun al mismo infierno, de haber sido posible, si eso hubiera sido de ayuda para que sus conciudadanos judíos fuesen salvos (Romanos 9:3).

Algunas cosas no son ni siquiera un testimonio pobre en sí mismas, pero tarde o temprano lo “enmarañan” a uno y se convierten en “contrapesos” que nos ocupan un tiempo muy valioso que debiéramos estar usando para el Señor. Hebreos 12:1 nos dice, “despojémonos de todo peso.”

Su vida podría estar tan colmada de las cosas “buenas” del mundo que Ud. ya no dispondría de mucho tiempo para dedicarse a las cosas del Señor. Si Ud. realmente desea unirse a esta batalla por las almas, deberá prestar atención a la Escritura que dice, “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (II Timoteo 2:4).


Nadie puede decirle a Ud. cómo vivir su vida... lo que debe incluir o excluir de su horario de actividades. Ud. podría dar una explicación razonable, y justificar cualquier actividad que quisiera. Pero entre Ud. y el Señor, Usted debe decidir lo que es mejor para servirle a EL.

El tiempo del cual Ud. dispone es su vida. Ud. no sabe cuánto tiempo le queda. La manera en que Ud. use su tiempo cada día determinará el valor total de su vida. Su futuro se está determinando por lo que Ud. hace cada día. Si su vida está mayormente compuesta de deportes, dinero, placeres, televisión, clubes sociales, etc., entonces su vida pasará desapercibida—y muy poco podrá realizar para Cristo en ella.

Pablo dijo que para él, Cristo era la razón de su existencia. Pablo empleó su tiempo en cosas que eran de utilidad para Cristo. ¿Cómo usa Ud. de su tiempo? ¿Casi todo para Ud. o casi todo para Cristo? ¿Podría Ud. decir con Pablo, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”? (Filipenses 1:21). Si su tiempo es usado para Cristo, en­tonces morir será verdaderamente ganancia para Ud., pues tendrá mucho galardón en el cielo.

Su Biblia

En I1 Timoteo 3:15, Dios dice, “...las Sagradas Escrituras... te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” Y en Romanos 10:17, “Así que la fe es por el oir, y el oir, por la Palabra de Dios.”

Dios exalta SU Palabra aun por encima de SU propio Nombre (Salmo 138:2). Con tan buenas recomendaciones de Dios Mismo, cierta-mente deberíamos conocer BIEN la Biblia, para nuestro propio bienestar y exhortación, y para traer el mensaje del evangelio a los perdidos.

En muchas partes del mundo actual hay gobiernos que no permiten que se impriman Biblias, y las Biblias deben ser entradas de contra-bando. Si una iglesia de tales países cuenta con una sola copia de la Pala­bra de Dios, la congregación en general se considera afortunada... y esa Biblia es pasada de familia en familia, los miembros de las cuales copian ávidamente algunas porciones a mano para así poder tener parte de la Palabra de Dios escrita para usarla en sus hogares. En cambio, en nuestro país hoy, a veces no nos detenemos a pensar en cuán afortunados somos de tener la Biblia al alcance de todos.

Debiéramos tomar muy seriamente las familiares palabras del verso en 11 Timoteo 2:15, “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”

Por supuesto, es muy posible que podamos ganar almas con muy poco conocimiento de las Escrituras. No puede esperarse que un niño en Cristo sepa tanto como un estudiante universitario. Pero cuando un niño permanece infantil toda su vida, eso es ciertamente una gran tragedia.

En 1 Pedro 2:2, Dios nos aconseja, “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella CREZCAIS…”

Los creyentes que deseen convertirse en ganadores de almas FRUCTIFEROS deben estar “siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (I Pedro 3:15).

Pablo dijo que él estaba “...PRONTO... a anunciaros el evangelio” (Romanos 1:15).

A fin de estar preparado para predicar el evangelio de manera que responda a las interrogantes de los perdidos, se requerirá que Ud. dedique tiempo a MEMORIZAR textos de las Escrituras acerca de la salvación y ESTUDIAR minuciosamente los pasajes que contesten las preguntas de los incrédulos.

¡LA PALABRA DE DIOS ES PODER! El conocer la Palabra de Dios y el saber cómo presentarla bien será su mejor “arma” para testificar eficazmente. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón “(Hebreos 4:12).

Aun cuando Ud. esté hablando con alguien que diga que no cree en la Biblia, no deje de usarla. Los soldados no deponen sus armas sólo porque los que se oponen a la lucha piensen que esa no es la solución. Los perdidos jamás podrán ver la salvación sin la Palabra de Dios. Es la exposición de la Palabra de Dios lo que da luz a los perdidos (Salmo 119:130).

Como es lógico, habrá ocasiones en que una persona querrá una explicación más detallada de algo, y Ud. necesitará más de un verso de las Escrituras para responder adecuadamente a su pregunta. Pero cuídese de no embarcarse en una discusión filosófica que no sea de beneficio para la salvación del oyente.

El apóstol Pablo recibió una educación superior de los mejores instructores de su época, sin embargo, con respecto a su testimonio, él dijo: “Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los HOMBRES, sino en el poder de DIOS” (1 Corintios 2:4, 5).

Pablo estaba preocupado de que sus hijos en la fe no siempre mantendrían sus mensajes simples y centrados en Cristo, y les advirtió de las tácticas de Satanás. “Pero temo que como la serpiente con su ASTUCIA engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo” (II Corintios 11:3).

Satanás nunca le dirá a Ud., “Hola, Cristiano. Le habla Satanás para decirle que si Ud. se concentra en presentar el evangelio en forma simple, la mayoría de las personas lo aceptará. Pero yo quiero que la gente vaya al infierno, así que por favor, complique el evangelio usando palabras técnicas o sosteniendo discusiones filosóficas, o añadiendo que las buenas obras y la justicia de los hombres son necesarias para la salvación, así los perdidos no reciben a Cristo como Salvador personal.”

¡NADA DE ESO!

Satanás se acerca con voz dulce y suave, diciendo, “Mire, Cristiano, esta persona es un ciudadano inteligente, moderno y de buena moralidad. Y si Ud. le empieza a hablar de la Biblia, del pecado, la sangre de Jesucristo, que hay que tener fe, etc., ¡él va a pensar que Ud. está completamente LOCO...! Por consiguiente, lo que Ud. debe hacer es acercarse a esta persona en un plano intelectual, para que piense que Ud. también es educado y está a su mismo nivel. Dígale cuán buena persona es, cuán maravilloso es ser liberal. No lo ofenda hablándole de la sangre de Cristo, sino más bien, platique con él acerca del amor de Dios y de las grandes realizaciones del hombre actual y de la sociedad moderna... y entonces, lentamente, podrá hacer que sus pen­samientos se concentren en la religión y en la creencia en Dios.”

MUCHAS personas han sido engañadas por este ardid de Satanás. No se deje convencer por las mentiras de Satanás. ¡NO PERMITA QUE LO ENGAÑE! Presente el evangelio manteniendo la sencillez y la pureza del genuino mensaje.

¡USE LAS ESCRITURAS!

Aun algunos estudiantes de colegios bíblicos, quienes aman al Señor y las Escrituras han sido cegados por Satanás en pensar que ellos podían efectivamente ganar almas mediante algún “enfoque filosófico” en vez de usar la Palabra de Dios y depender de la guía del Espíritu Santo.

Pablo también dijo, “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y NO SEGUN CRISTO” (Colosenses 2:8). Nunca podríamos exagerar nuestro énfasis en que el EVANGELIO es el poder que Dios usa para salvar a las personas. Por supuesto, con esto no queremos significar que Ud. no podría adaptar sus propias ilustraciones y ejemplos para interesar particularmente al oyente a quien Ud. estará testificando. Usted deberá testificarle teniendo en cuenta sus antecedentes. Por ejemplo, Ud. podría usar las declaraciones científicas de la Biblia para interesar a un estudiante de química, o afirmaciones bíblicas acerca de la medicina o la astronomía para interesar a personas que conozcan dichos temas, etc.

Utilice aquellos puntos de su propio testimonio que sirvan para establecer una armonía en la conversación. Por ejemplo, cuando yo hablo con una persona de ascendencia judía, generalmente menciono que en parte, yo también soy judío, y que por dos años, asistí a una sinagoga. Cuando hablo con un católico podría mencionar que estudié un curso sobre catecismo que duró seis meses en una iglesia católica romana. Y cuando le hablo a un protestante menciono que durante tres años estuve asistiendo a diferentes iglesias protestantes. Todas estas cosas son ciertas, pero no todas importarían a cada persona con el mismo grado de interés. Por lo tanto, trato de pensar en términos de los antecedentes de las otras personas para establecer un terreno común entre nosotros.

Esto no significa que transigiremos en cuanto a la DOCTRINA, sino que nos permitirá establecer una situación en la que estaremos conscientes de los sentimientos de los demás, lo cual es muy provechoso cuando testificamos.

Trate de recordar su propia vida pasada, y se asombrará al descubrir cuántas cosas interesantes le han sucedido (las cuales DEBEN ser ciertas para mencionarlas), que podrán usarse ventajosamente cuando testifique. Y luego que las recuerde, UTILICELAS. Por lo general, el público se interesa por lo que le ha sucedido a los demás. Aparente-mente eso no los pone a ELLOS en aprieto. Esto también ayudó a Pablo en su testimonio (1 Corintios 9:19-23).

Pero son las ESCRITURAS, y es el EVANGELIO, lo que salva, y no su sabiduría. Debido al orgullo natural del hombre, sería muy fácil caer en esta trampa de Satanás, de usar demasiado de su propia filosofía y no lo suficiente de la Palabra de Dios.

Cómo Estudiar su Biblia

Siempre que sea posible, sería aconsejable que Ud. separe y dedique una hora especial para el estudio de la Biblia, y no permita que Satanás lo distraiga en alguna otra cosa durante esa hora. Ud. deberá “hacerse tiempo” para dicho estudio. Generalmente las personas se las arreglan para tener tiempo y ganas de hacer lo que es realmente importante para ellas.

Para estudiar su Biblia de manera que Ud. logre un entendimiento fundamental y práctico de las Escrituras, es importante que Ud., como ganador de almas, comprenda el razonamiento siguiente:

(1) Es lo que Dios manda que Ud. haga (II Timoteo 2:15).

(2)  La Palabra de Dios trae la fe (Romanos 10:17).

No sólo traerá el conocimiento de la salvación a los perdidos, sino que también fortalecerá su propia fe.

(3)  Ud. usará la Palabra para edificar, exhortar, guiar, y consolar a otros Cristianos que estén bajo su cuidado (II Timoteo 4:2).

(4)  La Biblia es su propia “guía del viajero” para cada situación de la vida, y Ud. querrá saber “al dedillo” lo que Dios dice en SU Palabra (Mateo 4:4).

(5)  La Palabra de Dios forma parte de su armamento defensivo contra los ataques de Satanás dirigidos hacia Ud. (Efesios 6:17). Recuerde cómo Cristo Jesús reprendió a Satanás usando las Escrituras (Mateo 4:10, 11).

A continuación detallamos algunas sugerencias para el exitoso estudio de la Biblia:

A.  Lea las Escrituras con la INTENCION DE RECORDAR lo que Ud. lee.

B.  REPITA LA LECTURA hasta que en su mente esté claro lo que haya leído.

C.  TOME NOTAS de las cosas que más le impresionen mientras vaya leyendo.

D.  COMPARE ESCRITURA CON ESCRITURA para entender el pasaje en su relación apropiada con el resto de la Palabra de Dios.

E.  ANA LICE el versículo:

1) ¿Quién lo escribió?

2) ¿A quién fue escrito?

3) ¿Qué tópico general se está discutiendo? (Considere el contexto).

4) ¿Qué es lo que NO dice?

5) ¿Qué cosas PODRIA significar?

6) Elimine los posibles significados comparándolo con otra Es­critura hasta estar seguro de que tiene el significado correcto.

F.  Si Ud. todavía no entiende el pasaje:

1)  Use una concordancia para BUSCAR LAS PALABRAS que no estén muy claras en su mente. La Concordancia de Strong, publicada por la Editorial Abingdon Press, es una buena con­cordancia pues registra cada palabra de la Biblia, y da la pala­bra Hebrea o Griega con su traducción. Esta concordancia es la obra de 100 eruditos.

2) BUSQUE EL MISMO PASAJE en otras buenas traducciones de la Biblia, las cuales son:

American Standard

Williams

Amplified

Scofield

3) ESTUDIE el pasaje con la ayuda de BUENOS COMENTARIOS, tales como:

DeHaan

Ironside

G. Campbell Morgan

Spurgeon

Woodbridge

4)  Discuta acerca del significado del pasaje con otro Cristiano y ob­tenga su punto de vista al respecto.

G. LLEVE UNA LIBRETA DE APUNTES. Cuando Ud. esté satisfecho con una explicación particular, escriba su conclusión en la libreta de apuntes y también archive los datos bajo el encabezamiento del tópico en cuestión. Después de un tiempo Ud. habrá recopilado mucha información de valor que le servirá de gran ayuda en su estudio privado de las Escrituras y en su ministerio de enseñanza al público en el futuro.

H. ANOTE SU BIBLIA. Cuando un verso se destaque en su mente, como uno de los versos clave sobre un tema particular, use el margen de la página inmediatamente a la derecha de dicho verso, para anotar las citas de otros versos sobre el mismo tema.

I.  ADQUIERA UNA BIBLIA CON TIPO DE IMPRENTA BIEN LEGIBLE. Nosotros aconsejamos la Biblia Anotada por Scofield, que es una versión castellana de Reina-Valera, y contiene notas y referencias que son muy útiles para el estudio. Obtenga una Biblia con la mejor cubierta y el mejor papel que pueda comprar, porque le durará más tiempo.

Trate su Biblia con cuidado. Cuando las cubiertas comiencen des-gastarse, Ud. querrá hacerla encuadernar nuevamente, en vez de transferir todas sus notas a una nueva Biblia. Pero si decide com­prar una Biblia nueva, trate de conseguir la misma clase, donde los pasajes se encuentren en la misma ubicación en cada página. Esto es bueno porque nuestra memoria en gran parte está orientada visualmente. Ud. descubrirá que automáticamente tratará de en­contrar los pasajes donde está acostumbrado a verlos en cada página.

J.  A medida que Ud. continúe estudiando, aprenda de memoria el plan de la salvación en forma de bosquejo breve, quizás incluyendo sólo siete puntos, que podrían ser los siguientes:

1) Todos somos pecadores (Romanos 3:23);

2) El resultado del pecado es la muerte (Romanos 6:23);

3) El cielo es perfecto (Apocalipsis 21:27);

4) No podemos ganarnos la salvación (Efesios 2:8, 9);

5) Cristo efectuó el pago y nos da la justicia que necesitamos (II Corintios 5:21; Filipenses 3:9);

6) Solamente debemos creer (Juan 3:16);

7) Podemos saber que tenemos vida eterna (1 Juan 5:13).

Esto le será de mucha utilidad cuando Ud. testifique... no para que lo cite de memoria, sino para que su mente esté libre y le permita empezar en seguida con el evangelio, aun cuando se sienta nervioso, quizás se encuentre falto de palabras por no saber cómo iniciar la con­versación.

El aprender de memoria los principales puntos de lo que uno quiere explicar ha sido un procedimiento exitoso en los negocios donde se re-quiere el contacto directo con las personas en cualquier tipo de ventas o representación. El ganador de almas debe utilizar cualquier método o técnica que contribuya a ayudarle en su esfuerzo por testificar.

Su Amor por la Obra

En Romanos 1:1, Pablo dice que él es un “siervo” de Jesucristo. La palabra griega traducida “siervo” es doulos y significa “esclavo.” Pablo sirvió al Señor con un amor voluntario. La persona enamorada se siente constreñida a agradar a quien ama, pero no está obligada a hacerlo. Ninguna ley dice que un joven debe ser cortés y bondadoso con la joven que él ama... El no tiene que hacerlo, pero se encuentra con que él quiere hacerlo.

¿Qué señorita querría recibir flores si el joven que ama sintiera que tiene que traérselas? ¿Qué jovencita quisiera bombones o perfume de regalo si su festejante sintiera que está obligado a dárselos? Cuando uno está enamorado, uno desea solamente las expresiones voluntarias del amor. La obligación le quitaría todo el hermoso significado que de otra manera pudiera tener.

Dios no escogió hacernos como títeres para que actuemos cuando EL nos maneja, inclinándonos cuando EL manipula un hilo, hablando cuando EL manipula otro…

Nuestro amante Dios es la persona que quizo que nosotros tuviéramos una gran capacidad para amar amarle a EL y amar a los demás...Pero el amor debe ser voluntario, de lo contrario no sería amor verdadero.

Una de las numerosas y serias fallas del comunismo es que no puede traer satisfacción a sus súbditos, debido a que no hay lugar para el amor en dicho sistema político. Dios nos creó con una enorme capacidad y deseo por el amor. Ningún ser humano puede llenar completamente la necesidad de otro por este amor. Un filósofo llamado Pascal lo expresó correctamente cuando dijo, “En cada hombre hay un vacío en forma divina, y sólo Dios puede llenarlo.”

Fueron versos tales como Juan 3:16, que hablan del gran amor de Dios, los que hicieron que yo aceptara a Cristo Jesús como mi Salvador personal. Siento algo en lo más profundo de mi ser cuando me doy cuenta cabal de que el Dios que creó el universo entero, realmente me ama a mí. Yo no entiendo cómo puede ser esto, pero lo creo, y he respon­dido a SU amor de tal manera que ha cambiado toda mi vida.

Hay algo en mi contextura humana que me hace querer agradar a alguien que realmente me ama. No puedo ser indiferente a una persona que me ama... ¿Puede Ud.?

No siempre es fácil analizar por qué amamos a alguien, pero cuando se trata de nuestro amor por el Señor, las razones sobreabundan. Un Cristiano no puede leer su Biblia por mucho tiempo sin encontrar un sin-número de peculiaridades de nuestro Señor que simplemente nos compelen a amarle más y más.

Cuando más sirva Ud. al Señor y cuando más viva conforme a EL, es cuando más aumentará su amor por el Salvador. Muchos Cristianos ex­presan el deseo de sentirse más cercanos al Señor. La lectura de SU Palabra es algo que le ayudará notablemente para lograrlo, pero la manera segura es realmente salir a SERVIR al Señor de todo corazón. Cuando salimos a trabajar “de la mano” con el Señor se forma un gran vínculo de grato y consciente compañerismo que es sumamente satisfactorio. Estoy convencido de que esto es lo que el apóstol Pablo estaba tratando de expresar cuando dijo, “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia...” (Gálatas 5:22). El resultado de permitir que la vida sea controlada por el Espíritu, de obedecer la guía del Señor, realmente trae amor a la vida del creyente. El amor por el Salvador, el amor por los perdidos... y amor por los Cristianos también.

Este amor por el Señor no es un tipo de cariño “meloso.” Es un amor muy práctico que conduce a los Cristianos a realizar grandes cosas para el Señor; muchas de las cuales pueden ser muy desagradables en sí mismas.

La madre que se levanta en medio de la noche para cuidar a su niño enfermo, no lo hace porque simplemente “ama” estar cerca del “vómito” y la “encanta” perder horas de sueño… sino porque ella siente un  verdadero y profundo AMOR y sincera PREOCUPACION por su hijito.

¿Se imagina lo que sería el servicio Cristiano si Dios nos hubiera mantenido bajo la ley, y no bajo la gracia, para que vivamos por ella? Es debido a que somos salvos como regalo de la gracia de Dios que sentimos una sobrepujante deuda de gratitud al Señor, y simplemente el poder hacer cualquier cosa por EL, nos da una gran satisfacción. ¿De qué manera podríamos, si fuera posible, comenzar a retribuir a Dios por lo que EL ha hecho por nosotros?

En Lucas 7:47 Cristo Jesús explica que el que ha sido perdonado de muchos pecados, ciertamente amará mucho a Dios... Por lo tanto, ¿no tenemos nosotros abundante capacidad para amarle a EL?

Es una cosa muy triste enterarse de que miembros aparentemente sinceros de diferentes cultos religiosos viven vidas de horrible tortura física y mental, pensando que, de alguna manera, eso quizás pudiera agradar a Dios. Si tan sólo creyeran a Dios cuando EL dice una y otra vez en la Biblia que EL no se deleita en nuestros “sacrificios y ofrendas” para la salvación, y que además, es el “amor de Cristo” lo que debiera constreñirnos a servirle a EL, y no el temor. Así es, el miedo puede impulsarnos, pero Dios prefiere mucho más que le sirvamos porque le amamos.

Reflexione por un momento en lo siguiente:

Dios nos salva por SU gracia;

Dios nos mantiene salvos por SU gracia;

Dios nos guía y conduce por S J gracia;

Dios nos permite servirle a EL por SU gracia;

Dios nos recompensa con amor, gozo, y paz en esta vida porque le servimos a EL por SU gracia;

Dios nos recompensa en el cielo por haberle servido a EL en la tierra...

¡Verdaderamente, SU gracia es MARAVILLOSA!

Con toda seguridad que Dios es extraordinariamente bueno, y con el salmista debemos decir, “¿Qué pagaré por todos sus beneficios para conmigo?” (Salmo 116:12).

¡Yo amo sinceramente al Señor! ¿Y Usted?

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